Una reja más,
la costumbre.
¿Y el canto?
Imposible,
más acá o más allá del muro.
La única tonada
es la preferida de la maestra.
Todas las mañanas el encierro la recita de memoria,
bajo espinas en la sien.
Que tras la retahila yace
acorazada la treta universal,
era de suponerse,
mas nunca notamos que se trataba de una guerra.
La abscisa y la ordenada universales,
su medición, su calambre distribuido sin compasión,
minucioso sobre las sienes,
los lagrimales,
los nervios de generaciones.
La repetición
vertical y horizontal.
La vertical,
la horizontal
les enseñaremos, dicen.
2
A veces, es como si siempre hubiera estado aquí
Y el esplendor tan distante de las hojas del único árbol
Su sombra que se escapa entre la noche
Con el deseo ajeno de la fruta
3
La noche viene muy temprano;
no acaba de llegar
y ya ha de marcharse.
Espero por el calado
a la noche de tintas y tornados
que no vendrá,
que sólo dura lo que el agua
en los grifos escatimada.
4
Meses después, he visto la luna
como a un visitante:
corta y apenada.
5
Está bien, lo admito:
Soy una bandera.
Pero también soy el brazo desnudo,
ardiente y peligroso,
sin vergüenza.
Está bien, lo admito.
Encendí la bengala.
Que la noche se hizo muy negra
y sin luz no cruzarían los hijos
hasta el amanecer…
6
La ley,
la única ley
es la grieta,
la arruga
por la que se van
los regímenes.
Angye Gaona- Colombia
Fuentes de Documentación