De niña me gustaba jugar a las tinieblas.
Permanecer callada en el sitio elegido
y quedarme muy quieta
casi sin respirar, como una estatua,
con los ojos abiertos,
vigilantes,
esquivando los brazos
que buscaban mi sombra.
Qué emoción deslizarme
sin que nadie notara mi presencia
y llegar sana y salva al lugar convenido.
Pocas veces lograban atraparme.
Ahora ya no es posible
ni con trampas.
Más tarde o más temprano
mi próximo escondite vendrá impuesto:
una caja sellada,
esta vez, eso sí, con los ojos cerrados.
Permanecer callada en el sitio elegido
y quedarme muy quieta
casi sin respirar, como una estatua,
con los ojos abiertos,
vigilantes,
esquivando los brazos
que buscaban mi sombra.
Qué emoción deslizarme
sin que nadie notara mi presencia
y llegar sana y salva al lugar convenido.
Pocas veces lograban atraparme.
Ahora ya no es posible
ni con trampas.
Más tarde o más temprano
mi próximo escondite vendrá impuesto:
una caja sellada,
esta vez, eso sí, con los ojos cerrados.
Celia Puerta- España
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Celia Puerta López:
Nació en Madrid en 1961. Su formación académica es ingeniería técnica agrícola.
Hace unos años decidió darle un giro a su vida laboral y ahora trabaja como bibliotecaria en una biblioteca pública.
Su afición por la poesía se la inculcaron sus padres desde niña. Es autodidacta. Lee mucho por la sencilla razón de que disfruta. Escribe sin saber muy bien por qué. Su producción poética es inédita hasta el momento.
Ahora, que por circunstancias personales (tiene tres hijos que ya son mayores) tiene más tiempo para sí misma, se ha tomado más en serio esto de escribir. Incluso se ha apuntado a un taller de poesía.